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Archivo para diciembre, 2009

La conferencia de Copenhague: Un acuerdo con sabor agridulce

Miércoles, 23 de diciembre de 2009 Comments off

Josep Garriga.  Economistas Experto en Cambio Climático.

La llamada cumbre del Clima de Copenhague finalizó el pasado día 18 de diciembre con un sentimiento generalizado de decepción y alivio al mismo tiempo.
 
Decepción desde el punto de vista europeo por no haber conseguido los mínimos requisitos esperados en temas tan importantes como un acuerdo político a nivel mundial que concretara los compromisos de reducción de emisiones para los años 2020 y 2050, para el conjunto de países desarrollados. Europa ofrecía un 30% de reducción para el 2020 en base a las emisiones de 1990 si los EE.UU. Japón, Canadá y otros hacían un esfuerzo algo similar e incluso un 80 % de reducción para el año 2050.
 
Esto no fue posible debido a que el acuerdo político de mínimos conseguido fue en realidad negociado por los EE.UU, China, India, Brasil y Sudáfrica, los cuales no querían concretar el esfuerzo de reducción de cada uno de ellos en un documento que les obligara aunque no fuesen este jurídicamente vinculante.
 
El actual acuerdo de Copenhague solo especifica que los paises firmantes se compromenten a reducir sus emisiones de manera global con la finalidad de que el clima mundial no sobrepase en dos grados la temperatura media con respecto a la que había antes de la revolución industrial, pero no especificando como lo harían, sino abriendo la posibilidad de que los estados firmantes lo especifiquen en una comunicación a Naciones Unidas antes del 31 de Enero de 2010.
 
Otro tema muy controvertido que finalmente se anuncia con mucha vaguedad es el referido al control y verificación internacional de las acciones de reducción de cada estado firmante del acuerdo.
 
El acuerdo prevé un control doméstico, o sea interno de las acciones por parte de los países en vías de desarrollo que deberán comunicarlo posteriormente a las Naciones Unidas, sin embargo si se admite un cierto control i verificación internacional de las acciones de reducción que se realicen si estas han tenido ayudas económicas de terceros países.
 
Este asunto fue clave en la larga negociación de la última noche por parte de EE.UU. que solo se resolvió sin un suficiente grado de transparencia dada la dura posición de negociación de China en esta cuestión que argumentaba que se inmiscuía en su soberanía nacional.
 
El acuerdo también especifica la posible utilización de instrumentos de mercado como posible herramienta para cumplir los compromisos o acciones de mitigación por parte de los estados firmantes. El sentimiento de alivio con que finalizó la conferencia es fruto de la constatación de que finalmente la cumbre no tenía unos resultados que suponían una ruptura del proceso como hacía suponer la última noche de negociación.
 
Ha sido positivo la implicación de toda la sociedad gubernamental y civil, con 40.000  inscritos, muchos de los cuales no pudieron, sin embargo, participar en las reuniones del Bella Center ya que su capacidad operativa era de 20.000 personas, y la presencia de 141 jefes de estado en la reunión, la de mayor presencia de estos fuera de las Naciones Unidas en su sede de Nueva York.
 
El mundo de los negocios ha estado muy bien representado y activo, dando la sensación de haber asumido en su mayor parte la necesidad de ir hacia una economía baja en la utilización de carbono, con todas las decisiones de actuaciones y inversiones futuras que ello supone sobre todo y prioritariamente en el mundo de la energía, el transporte y la producción de alimentos.
 
Se ha constatado  que el liderazgo mundial en el lucha contra el Cambio Climático pasa a ser de los EE.UU., junto a China, India y Brasil, siendo los europeos unos compañeros más de viaje, pero no los actores clave en  la toma de decisiones importantes a nivel mundial en temas de cambio climático.
 
Europa va a continuar con su política de cambio climático especificado en el paquete “Energía y Cambio climático” aprobado el pasado diciembre de 2008, pero sabiendo ahora que otras potencias mundiales se han comprometido, aunque de momento no suficientemente, en el mismo proceso, Europa tendrá pues que aprovechar este momento para posicionarse en poner al día tecnologías verdes.
 
En resumen el proceso continúa  a una velocidad de crucero más reducida, no a la velocidad europea, pero al mismo tiempo con la satisfacción de comprobar que otros estados muy importantes y decisivos han introducido dentro de su agenda política de manera prioritaria la lucha contra el cambio climático.
 
Esperemos que los proximos meses el Senado norteamericano de el espaldarazo definitivo a este proceso. Ello supondría la entrada masiva del mundo financiero y de los negocios en el tema y puede desencadenar junto a la existencia de un mercado de derechos de emisión a nivel mundial un cambio cualitativo en la búsqueda de soluciones eficaces y efectivas en la lucha contra el cambio climático a nivel mundial.

La Conferencia de Copenhague y las empresas

Jueves, 10 de diciembre de 2009 Comments off
copenhagenJosep Garriga Sala
Economista. Experto en cambio climático.
 
Hace solo unos pocos años, las empresas estaban representadas en las conferencias sobre cambio climático por personas que asistían como observadoras de un fenómeno que consideraban básicamente medioambiental.
 
A partir de la Conferencia de Montreal del año 2005, la primera después de la entrada en vigor de los compromisos vinculantes del protocolo de Kioto, esta apreciación cambió por completo.
 
Ya no se trataba de observar sino también de participar activamente en la toma de posiciones ante los estados en un proceso, no solo medioambiental sino también económico y social que iba afectar al mundo empresarial.
 
De esta manera el mundo de los negocios y de la empresa ha adaptado su papel en el proceso, tomando cada vez más en serio el reto de la lucha contra el cambio climático.
 
Los últimos años desde Bali, en el 2007, las empresas han empezado a dar sus puntos de vista y sus posicionamientos, tanto a nivel global como en el caso de Europa a nivel de discusión previa a la aprovación de las directivas europeas en el paquete energía y clima.
 
De manera casi unánime todos los representantes en el mundo de la empresa y de los negocios están pidiendo políticas claras de definición de objetivos a corto y a largo plazo que sean consensuadas a nivel mundial sobre temas tan importantes, como la energía, el transporte y la alimentación humana.
 
Estos dias en Copenhague se está oyendo la voz en los plenarios de las cámaras de comercio internacionales, y al mismo tiempo grupos de representación de empresas a nivel mundial, como el Climate Group y el World Business Council, están activos y participativos mediante “side events” en la toma de posición desde el mundo de la empresa sobre todos los temas de discusión en la conferencia.
 
Será muy interesante ver como quedan todos los temas relacionados con los instrumentos del mercado de emisiones, en un futuro a nivel internacional, así como los posibles acuerdos sectoriales sobre sectores como el cemento, el acero y otros.
 
Muchos empresarios ya han asumido que el proceso de lucha contra el cambio climático les va afectar en su toma de decisiones empresariales,  pero que con la misma fuerza se va a convertir en una oportunidad de negocio y de mejora de la competitividad si estas decisiones se toman en la correcta decisión.
 
Para dar solo un ejemplo ilustrativo de lo anterior, os diré que el 60% de las actuales instalaciones de producción de energía eléctrica a nivel mundial, deberán ser sustituídas por otras antes del 2030 según la Agencia Internacional de la Energía, esto va a suponer unas ingentes inversiones los próximos años que deberán ser amortizadas en unos periodos largos de tiempo,  de aquí la importancia de tomar las decisiones de acuerdo con los condicionantes de lucha contra el cambio climático que ello va a suponer.