Josep Garriga Sala

Economista y especialista en cambio climático

 

Existe un debate interno en la Unión Europea sobre si es prudente y conveniente pasar del 20 al 30% de reducción de GEI para el año 2020, sobre la base de las emisiones de la Unión Europea del año 1990, en plena crisis económica y financiera y sin el acompañamiento de otras economías avanzadas como pueden ser los EE.UU. CANADÁ, AUSTRALIA, entre otras.

 

La Comisión Europea a la vista de las discrepancias entre los estados miembros en esta materia y vista la falta de información contrastada y completa sobre esta cuestión ha publicado unos documentos de estudio y ha realizado una comunicación al Parlamento Europeo, al Consejo Europeo, y a los Comités Europeos económico-sociales y de las Regiones Europeas con fecha 26 de mayo del 2010.

 

El análisis de la Comisión consiste en un conjunto de estudios sobre los costes, los beneficios, y las opciones que suponen aumentar el nivel de reducciones conjuntas de la Unión Europea en el horizonte del 2020.

 

También se examinan las medidas adoptadas en apoyo de las industrias europeas que hacen un uso intensivo de la energía con respecto al riesgo de fuga de carbono, tal como exige la directiva europea de comercio de derechos de emisión.

 

El estudio se hace a la luz de nuevos datos y se establece que los diferentes niveles de ambición pueden potenciar la modernización de la economía europea y la creación de puestos de trabajo a través del fomento de la innovación en tecnología con bajas emisiones de carbono.

 

Se estudian los esfuerzos económicos y de gestión que supondría para los distintos sectores económicos europeos dentro del contexto actual de limitación de las finanzas públicas y de recesión económica a la hora de evaluar posibles alternativas.

 

Se constata que la crisis ha mermado de manera significativa la capacidad de las empresas europeas para realizar las inversiones necesarias para modernizarse a corto plazo.

 

La Comisión establece una serie de opciones posibles para pasar del 20 al 30% de reducción de GIE y entre otras las siguientes:

 

a) La reducción del número de derechos de emisión subastados.

b) Una reglamentación destinada a fomentar una mayor eficiencia energética.

c) Un uso inteligente de los instrumentos fiscales.

d) Una nueva orientación de las políticas europeas hacia inversiones ecológicas y de economía verde.

 

Sobre la fuga de carbono o sea el traslado de la producción fuera de la Unión Europea a países con menos limitaciones en materia de emisiones de carbono, la principal conclusión es que las medidas existentes siguen siendo justificadas y más si se aumentaran el nivel de reducción.

 

La conclusión del estudio es, que en estos momentos no se dan las condiciones necesarias para que Europa de este importante paso en las negociaciones internacionales sobre cambio climático, pero también que nos debemos preparar para hacerlo en el momento oportuno, que no es el actual.

 

En la reunión de ministros europeos de medio ambiente celebrado el pasado 11 de junio en Luxemburgo, el Consejo  “tomó nota” de la comunicación de la Comisión Europea y consideró que este documento debería ser discutido en profundidad con la finalidad de prepararse para la negociación internacional en un escenario a medio y largo plazo.