Del 11 al 15 de julio pasado ha tenido lugar en Londres la 62 ava sesión del “Comité de protección marítimo” de la “Organización Internacional Marítima” IMO.

 Es la primera vez que se establece un mandato obligatorio de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de todo un sector industrial completo a nivel internacional .

 Los nuevos buques tendrán un diseño y un tipo de propulsión pensado para optimizar la eficiencia energética del combustible utilizado, que generalmente procede de derivados del petróleo, y ello en consecuencia reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero.

 Todos los buques de más de 400 Toneladas brutas de desplazamiento estarán afectadas por esta autorregulación del sector a partir de enero del 2013.

 El acuerdo establece la posibilidad, para los diseñadores y constructores de buques, de escoger libremente el tipo de solución más eficiente para cumplir con los nuevos estándares de eficiencia energética del sector marítimo establecidos a nivel internacional.

 El acuerdo tiene ciertas cláusulas de flexibilidad sobretodo en cuanto a los buques que estén en fase de diseño o de fabricación durante los primeros cuatro años a partir de su entrada en vigor y en el caso de algunos tipos de conversión de buques existentes.

 Se ha establecido un “índice” de diseño de buques que tendrán en cuenta la eficiencia energética de sus sistemas de propulsión, una especie de listado de eficiencia.

 Se ha aprobado un plan de trabajo en que se tendrá en cuenta la cooperación y la transferencia de tecnologías a nivel internacional especialmente a favor de los países menos desarrollados.

 La decisión es obligatoria para todos, a pesar de que no ha sido tomada por consenso de los participantes en la reunión y obligará a todos, de todas maneras.

 El sector marítimo internacional no había dado hasta ahora, significativos pasos relevantes en la lucha contra el cambio climático, pero creo que la experiencia vivida por el sector aéreo, sobre todo a nivel europeo, ha servido para hacer ver a todos, que la mejor manera de enfocar la gestión del cambio climático a nivel internacional, era por la vía de la autorregulación, con periodos de implementación amplios para dar tiempo al sector a la adaptación del mismo, a nuevas pautas medio ambientales y de eficiencia energética.

 En un mundo globalizado el intercambio de mercancías se hace prioritariamente por transporte marítimo, de aquí la importancia del acuerdo que puede también servir de ejemplo para otros acuerdos de sectores completos a nivel internacional, lo que facilitaría la lucha contra el cambio climático a nivel global.

 Es también relevante que todo ello ha podido ser realidad a través de un acuerdo técnico dentro de un comité establecido en una agencia especializada de las Naciones Unidas con responsabilidades en la seguridad y la prevención de la contaminación en el transporte marítimo.

 El sector marítimo internacional se autorregula en cambio climático y ello afectará muy favorablemente a un país como España, que por su situación geográfica, tiene potencialidades de convertirse en una puerta de entrada cada vez más importante en el comercio internacional, sobretodo en las rutas de África y Asia con Europa.