Inicio > Cambio Climático > Durban (II): El protocolo de Kyoto

Durban (II): El protocolo de Kyoto

Jueves, 2 de febrero de 2012

Al inicio de la conferencia de cambio climático en Durban del pasado diciembre, el futuro del segundo período del cumplimiento del Protocolo se presentaba muy incierto.1074744_43404170

Por un lado estaban los EE.UU. que continuaban, y continúan, afirmando que no quieren saber nada sobre el Protocolo ni sobre nada que se le parezca y que para ellos lo mejor es olvidarse del mismo. (Cabe recordar que ellos fueron uno de los países que lo propuso y diseñó en Kioto el año 1997, pero esto ya es otra historia….)

Por otro lado Canadá ya anunciaba el primer día de la conferencia que pretendía irse del mismo como forma de presionar en la negociación sobre un futuro periodo de cumplimiento, así mismo Japón y Rusia también anunciaron que no entrarían en un posible segunda parte del Protocolo.

Las razones de todos ellos eran que el actual Protocolo de Kioto solo obligaba a algunos países desarrollados a realizar emisiones de sus emisiones pero que ello no afectaba a países emergentes y a actuales competidores en un mercado global como son China, la India, Brasil…

Las negociaciones de los 15 días de la conferencia sirvieron para poner sobre la mesa estas cuestiones, y algunos actores de la negociación se empeñaron para que este tema saliera adelante dentro de un paquete de resultados de Durban más amplio y equilibrado.

Por un lado los países africanos en su conjunto, con el país anfitrión Sudáfrica a la cabeza, no querían que África fuera el lugar del entierro definitivo del Protocolo.

Los países más pobres del planeta (49) estaban  juntos defendiendo la continuidad del Protocolo, así como los pequeños estados insulares, ya que a todos ellos les interesa la continuación del único acuerdo global con limitaciones cuantificadas y definidas para los países desarrollados.

La Unión Europea estaba dispuesta a apoyar el segundo periodo del Protocolo a partir del 1 de enero de 2012 con ciertas condiciones, entre ellas, el compromiso global de reducción de todos los países con una hoja de ruta definida.

El grupo BASIC (China, India, Brasil y Sudáfrica) quería un segundo periodo del Protocolo como condición necesaria para cualquier otra negociación más global.

Así las cosas, los actores jugaron sus estrategias y tácticas básicamente presionando para que el resultado final fuese el deseado para cada uno de ellos, y la experiencia no dice que los intereses del planeta se tienen en cuenta en tanto en cuanto no perjudiquen gravemente los objetivos e intereses de cada grupo negociador.

La cuestión del Protocolo se convirtió en una parte del futuro paquete final de Durban y fue en la noche del último día de las negociaciones, cuando junto a otros importantes conclusiones, el segundo periodo fue finalmente aprobado por todos.

El acuerdo supone que el segundo periodo del Protocolo de Kioto comenzará el 1 de enero de 2013 y finalizará el 31 de diciembre de 2017 o de 2020 según se acuerde en la próxima COP 18 en Qatar.

El nivel de reducción agregado de todos los países que se comprometan a cumplirlo estará entre el -25 % y el -40% de las emisiones del año 2020 en base a las del año 90.

El Protocolo se salva, y con él sus herramientas de funcionamiento (los mecanismos llamados de flexibilidad) y el posible establecimiento de un mercado internacional de derechos de emisión, pero en la práctica estarán pocos países con una emisiones a nivel mundial no significativas (aproximadamente un 15%) para influir en la reducción efectiva a nivel mundial.

Lo importante de Durban ha sido el que no se haya enterrado el Protocolo y que al mismo tiempo exista un compromiso de todos (desarrollados y emergentes) para negociar un nuevo acuerdo global hasta el 2015 para entrar en vigor el 2020 con reducciones significativas de todos (se verá después cual es el reparto de cada estado) para el 2050.

Como se ve faltan importantes detalles del proceso pero en principio existen una nueva hoja de ruta parecida a la de Bali (2007) que no dio sus frutos en Copenhague (2009) pero esta vez es más realista y están implicados también los países emergentes.

Canadá al finalizar la conferencia confirmó sus intenciones y a denunciado el Protocolo para no tener que cumplirlo, ello es la prueba fehaciente de que las obligaciones continuaban y de que algunos no estaban por la labor.

Canadá ha invocado el artículo 27 para salir del Protocolo pero que como muy bien dice dicho artículo los efectos jurídicos de la renuncia son efectivos al año de que las Naciones Unidas hayan pedido formalmente la petición.

Así, hasta el diciembre de 2012, Canadá está formalmente dentro del Protocolo que ratificó el año 2005.

Existen en este momento diferentes criterios sobre lo que realmente significa la salida del Protocolo por parte del Canadá.

Unos dicen que ello implica que no le afectan el nuevo periodo de cumplimiento ( 2013 a 2017 o 2020). Pero que si le obligan a cumplir sus compromisos del primer periodo (2005 a 2012).

El actual gobierno del Canadá afirma que al pedir la salida, ahora, (diciembre de 2011) le exime del cumplimiento de sus compromisos actuales (2008-2012) y los futuros .

Yo, personalmente creo que este será uno de los importantes temas a tratar en el comité de cumplimiento del Protocolo que se deberá discutir en la próxima reunión del mismo en junio o diciembre de este año.

La posición del actual gobierno del Canadá en el contexto de la lucha contra el cambio climático es muy controvertida, ya que una de las razones por la que sus emisiones han aumentado en los últimos años es debido a la explotación de sus arenas bituminosas como nueva fuente de extracción de petróleo no convencional. Todo ello con las importantes afectaciones en los sistemas forestales, los recursos hídricos y las emisiones de CO2.

En resumen el actual Protocolo es el único que tenemos en estos momentos a nivel global con carácter vinculante para algunos países y es bueno que así sea, hasta que pueda ser sustituido por un acuerdo más ambicioso y en el que estén todos los estados.

En Durban esto se hizo posible y debemos alegrarnos de ello, sobre todo porque fue la Unión Europea uno de los grandes actores de la dura negociación que lo hicieron posible.

 José Garriga Sala
Economista y experto en cambio climático 
Comentarios cerrados.